Llueve sin parar en Somiedo, el cielo está totalmente cubierto y monocromático con manchas oscuras repartidas aleatoriamente por todo él. Sobre las laderas del valle la niebla aparece y desaparece, a veces en forma de jirones como queriendo bailar mientras roza toda esta masa forestal. Hay momentos que la vista solo percibe amarillos, naranjas, rojos y algún verde perdido. Cuando la mirada se fija en algunas zonas concretas uno tiene visiones casi irreales.
Os aconsejo pinchar sobre la foto para verla a mayor resolución (1500 px) en otra pestaña y después F11 si queréis verla a pantalla completa.
Canon 5DIII, Canon 24-70 f4L, ISO 100, CPL. Procesado en Lightroom
JOSE RODRIGUEZ GARCIA
19 Oct 2020Hola Pepe:
Magníficos registros del otoño que estamos viviendo.
Es una pena que no podamos conservar la arquitectura rural, que tanto esfuerzo y singularidad ofrecen ante nuestros ojos.
Gracias por ponerlo de manifiesto y por esos paisajes bañados de color y adornados con la magia de la niebla.
Un abrazo.
Jose (Física)
José Fernández
19 Oct 2020Hola Jose: pues así es, esos teitos van a desaparecer en su mayoría y además en no muchos años. Un abrazo