Cuando llegamos a esta paradisiaca y solitaria playa tuvimos claro que aquí tendríamos unas horas de relax, es difícil encontrar parajes en los que solo se oyen ruidos naturales. Alguna vez leí que mirar y escuchar el agua de los ríos y del mar era una manera muy efectiva para relajarse. En mi caso me relajó la geología y el colorido de aquellos acantilados verticales.
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