El Charco

Aunque parezca que este charco no tiene profundidad realmente cubre mucho, en la mayoría de él no haces pie sobre todo en la pleamar, es la increíble transparencia de sus aguas lo que causa ese efecto. En muy pocos sitios me he bañado en un entorno tan bello, y además sin gente. En nuestra primera visita lo hicimos por la mañana y me di cuenta que allí habría que volver al atardecer por dos razones. El reflejo de la luz del atardecer iluminaría el techo de la cueva y los rayos directos del sol enmarcarían el charco creando un contorno de separación con el acantilado. Realmente acerté de pleno, y de paso me di otro chapuzón igualmente sin gente en esa impresionante piscina natural un poco antes de esta foto.
Os aconsejo pinchar sobre la foto para verla a mayor resolución en otra pestaña y después F11 si queréis verla a pantalla completa.

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