Yo creo que todos tenemos un lugar fetiche, desde el punto de vista fotográfico el mío es la pradera de El Valle en Somiedo. A pesar del montón de años todavía están vivas las imágenes de mi primera visita a este lugar con la persona que tanto me enseñó de fotografía, mientras la cruzábamos, íbamos viendo a la gente segar los prados a guadaña cuando casi no había segadoras mecánicas. Hace unos días por ahí subía con imágenes y recuerdos rondando en mi cabeza, pero antes de llegar a ella tuve que cambiar de planes sobre la marcha viendo la luz que se estaba preparando. La pradera, los Albos y la Luna quedarían para otro día.
Os aconsejo pinchar sobre la foto para verla a mayor resolución en otra pestaña y después F11 si queréis verla a pantalla completa.
José
11 Nov 2022Hola Pepe:
Acabo de regresar de viaje y al revisar tu blog me encuentro estas fantásticas imágenes del otoño en Somiedo. ¡Que luces tan dulces!, ¡Que gama del colores de otoño, con esos verdes …!
Diría además, … ¡que derroche de belleza pasando en el anonimato!
Estoy plenamente de acuerdo contigo, en esa soledad, que hace años estaba plagada de vida humana, y que se ha hecho presente por la «ausencia» de nuestros mayores y el «exilio» de los jóvenes.
Gran fortuna la tuya: por poder recordar, poder revivir tiempos pasados y volver a registrar esos idílicos escenarios. ¡Claro!, no exento de una cierta tristeza.
Por supuesto, como mencionas, la brevedad de la luces idílicas realzan el reto. Tú sabes como lograrlo.
Un abrazo.
Jose (Física)
José Fernández
11 Nov 2022Hola Jose:
Como bien dices produce tristeza saber que esa forma de vida ya no volverá. Me alegro mucho que te gusten
Un fuerte abrazo