Cada vez que vengo a esta isla nunca pierdo la oportunidad de hacer en este lugar una sesión fotográfica al amanecer. En realidad, y después de bastantes años, ya no vengo tanto por hacer fotos como por el hecho de pasear a oscuras en total soledad en esta enorme playa de 12 km de longitud. No es una cuestión de fotografía sino de experiencias. Pocos lugares conozco tan reconfortantes como éste.
Os aconsejo pinchar sobre la foto para verla a mayor resolución en otra pestaña y después F11 si queréis verla a pantalla completa.