Como cada sábado en el que el tiempo lo permite, mi mujer y yo hacemos pequeñas excursiones fotográfico/paisajísticas fundamentalmente por la costa asturiana. Curiosamente en esta ocasión aceptó la idea de salir aunque la amenaza de lluvia era de un 30% según la aplicación del tiempo. Y aunque el cielo era muy monótono, casi sin detalles, la bruma reinante creaba una ambientación preciosa difuminando los detalles de la costa en la lejanía. No sé que hacían estas piedras amarillas en una zona de acantilado oscuro, pero me pareció un contraste muy guapo con una distribución geométrica perfecta. Así que aquí nos comimos el bocadillo esperando a que la marea bajase un poquito para que afloraran lo suficiente.
Os aconsejo pinchar sobre la foto para verla a mayor resolución en otra pestaña y después F11 si queréis verla a pantalla completa.