Después de un buen rato estudiando la llegada de las olas a este rincón, pues del Atlántico Canario no tengo mucha experiencia, decidí bajar unos metros del acantilado y arriesgar un poco para poder captar con una bella composición esos reflejos tan guapos en ese acantilado negro. Al final me tuve que marchar con una pequeña ducha aunque afortunadamente la cámara no llegó a mojarse. Pero creo que también me fui con una guapa imagen.
Os aconsejo pinchar sobre la foto para verla a mayor resolución en otra pestaña y después F11 si queréis verla a pantalla completa.