Cuando de joven mi madrina me regaló un curso de fotografía de gran formato, uno de los tutores nos solía decir, ¿qué quieres contar con tu fotografía?, porque si no tienes nada que contar mejor no la hagas. Bueno, tenía mucha razón teniendo en cuenta lo que costaban las placas de 4×5″, jeje. Pues hoy os voy a contar mis vivencias con esta fotografía. La primera vez que estuve aquí lo hice con el grupo de montaña de Grao (Asturias) hace un montón de años, entre cuyos miembros había un excelente fotógrafo que fueron muchas las cosas que me enseñó. Era el mes de julio y aquí pasamos la noche. A la entrada de esta braña, mas o menos desde donde está hecha esta fotografía, se podían ver tres «teitos» (el tercero ya se vino abajo como se aprecia en la foto y los restos de un cuarto), varias personas, sus caballos y las vacas a las que estaban ordeñando aquí y allá. Aún estando acostumbrado a esas actividades rurales y ganaderas, la majestuosidad de esas montañas y el entorno hacían esta visión mucho más llamativa, diría que idílica. No tenía cámara pero la escena me pareció preciosa ya entonces y algunos la fotografiaron. Recuerdo que me dijeron, disfruta de ésto que queda poco para no volver a verlo, realmente no era muy consciente de ello y tampoco lo entendía. Efectivamente, pasados los años, las siguientes veces que estuve aquí ya no volví a verla, y la única vez que vi a varias personas estaban poniendo un letrero informativo, jeje. A si que con esta foto y el final de esta luz otoñal cuento tristeza de ver la cada vez mayor ausencia de lo que representa este maravilloso concejo de Somiedo.
Os aconsejo pinchar sobre la foto para verla a mayor resolución en otra pestaña y después F11 si queréis verla a pantalla completa.
