No me acuerdo ahora el nombre del fotógrafo que dijo: «la fotografía es el arte de engañar». Pues esta composición tiene mucho de engaño, el uso de una focal muy larga comprime tanto la perspectiva que altera considerablemente la realidad. El bosque y el «teito» están en las laderas opuestas del valle. Para mi es una de las imágenes icónicas de Somiedo pues representa la belleza de lo que es el paisaje humanizado de montaña. Nada está fuera de lugar y todo está integrado. No hace mucho estaba en pie un «teito» más cuyos restos se pueden ver a la izquierda. El día que desaparezca el que queda, esta visión podría ser de cualquier otro lugar de montaña, no solamente Somiedo.
Os aconsejo pinchar sobre la foto (1400 px) para verla a mayor resolución en otra pestaña y después F11 si queréis verla a pantalla completa.
