Principio de la primavera del 2021 por los bellísimos valles de Somiedo. Cada vez que piso esta maravillosa parte de Asturias me encuentro con sentimientos enfrentados. Por una parte están los agradables recuerdos de mi juventud, que entre otras cosas marcaron mi afición a la fotografía de paisaje precisamente conociendo estos parajes, y por otra parte la pena que produce ver el deterioro paulatino de lo que antaño era el lugar de una actividad humana totalmente integrada y respetuosa con la naturaleza. Los recuerdos quedan en la mente y en las viejas y descoloridas diapositivas, pero aquella actividad humana se está acabando a pasos acelerados. Estas brañas empiezan a ser invadidas por esa vegetación que durante miles de años sirvió de techo a estos teitos.
Os aconsejo pinchar sobre la foto para verla a mayor resolución (1500 px) en otra pestaña y después F11 si queréis verla a pantalla completa.
Canon 5DIII, Canon 24-70 mm f4L, ISO 100, CPL. Fusión manual de la luminancia de dos imágenes y procesado en Lightroom
JOSE RODRIGUEZ GARCIA
11 Abr 2021Hola Pepe:
Coincido contigo en el cambio tan profundo que están experimentando esos entornos que hemos conocido de pequeños, donde la relación hombre-naturaleza creaba escenarios en los que disfrutábamos plenamente a lo largo de cada estación del año. La desaparición de esos «jardineros» nos lleva a ese abandono que mencionas en tu estupenda imagen.
La marina, …¡fantástica!, con ese poderío textural de las rocas.
Un abrazo.
Jose (Física)
José Fernández
12 Abr 2021Hola Jose:
Todo está cambiando a una velocidad de vértigo. Por ejemplo, hace un rato cuando entraba al hospital lo primero que vieron mis ojos nada más entrar fue un par de robots. Llegan unas cosas y se acaban otras. Un abrazo