Martes 29/12/2020 de madrugada en la costa de Llanes siguiendo bajo los efectos de la tormenta Bella. Todavía es de noche cuando llego a esta playa y justo a la entrada me encuentro con una persona, al que realmente no distingo muy bien por la falta de luz. Después de los buenos días de rigor, me dice: ten mucho cuidao donde te metes que nunca vi el mar tan cabrón como hoy. Le di las gracias y nos despedimos. Hoy era el día y las condiciones ideales para hacer una foto que lleva tiempo en mi mente, pero cuando llegué al sitio donde debía tomarla me di cuenta que allí no podía estar. Aquel hombre tenía razón. El rompiente de las olas estaba muy alejado, pero todo el acantilado a mi alrededor parecía estar mojado recientemente de agua de mar. Mientras pensaba que hacer vi como una ola avanzaba y casi sin darme cuenta me vi agarrándome a las rocas para que el agua no me arrastrase. Salí de allí inmediatamente. Así que había que cambiar de planes. El viento era muy fuerte, por lo que estuve buscando algún rincón protegido del oeste que me ayudara. En esos momentos que ya estaba amaneciendo el cielo empezó a ponerse amarillo, aquello prometía. Este rincón y su perspectiva visual me encantó y aquí estuve un rato esperando que ese cielo tuviera más color, algo que al final no sucedió. Quizá penséis que exagero con lo de las olas, como podéis ver en esta foto el rompiente está muy lejos, yo diría que unos 100 metros. En los quince minutos que aquí estuve llegaron tres olas que me cubrieron casi hasta la cintura.
Os aconsejo pinchar sobre la foto para verla a mayor resolución en otra pestaña y después F11 si queréis verla a pantalla completa.
Canon 5DIII, Canon 16-35 f4L, ISO 50, CPL. Fusión manual de la luminancia de dos imágenes y procesado en Lightroom