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Mi primer amanecer post confinamiento tan deseado desde hace muchas semanas. Esta mañana mis intenciones era ir a la costa pero viendo el pronóstico de fuertes vientos costeros abandoné la idea pues no me apetecía mucho pelearme con el salitre y el enorme filtro degradado de la cámara de gran formato. Sobre la marcha decidí que hoy sería día de ruta montañera, y como el inicio sería casi sin luz decidí ir a territorio conocido. El concejo de Belmonte está muy cerca de Oviedo y tiene algunas rutas entre sus aldeas perdidas muy bellas paisajísticamente hablando. Una pequeña caminata de unas tres horas y un par de placas muy guapas fue el botín fotográfico. Pero lo mejor ocurrió al final antes de coger el coche, hablando con un paisano de la aldea me enseñó las andanzas de un oso la noche anterior. Derribó la puerta de acceso al establo de las vacas para comerse el pienso que allí tenía para ellas. Le dije, ¿no tiene miedo viendo lo que le hizo al lado de casa?. Miedo?, no, miedo me dais vosotros los de la ciudad que nos traéis ese bicho que nos mata a los viejos. Un razonamiento realmente inteligente, si señor.
Os aconsejo pinchar sobre la foto para verla a mayor resolución en otra pestaña y después F11 si queréis verla a pantalla completa.

Wista 45 VX, Nikkor-SW 90 mm f4.5, DGN 0.9D. Placa de 4″x5″ de Ilford Delta-100 revelada con Kodak HC-110B (1+31, 6^m00^s@20ºC) y escaneada con Epson V-850 Pro. Procesado en Lightroom