Una visión un tanto atípica de esta conocida playa por las condiciones metereologicas reinantes. De vez en cuando la niebla ocultaba las moles rocosas e incluso las cercanas paredes del acantilado, y en esa ausencia de vista resaltaba el increíble ruido del movimiento de los bolos originado por el fuerte oleaje. Tan fuerte como que en las ocasiones que la niebla lo permitía se podía ver como el rompiente de las olas casi pasaban por encima de esas rocas. En aquel ambiente difuso la única nota de color que realmente destacaba era ese verde esmeralda tan amenazante.
Os aconsejo pinchar sobre la foto para verla a mayor resolución en otra pestaña y después F11 si queréis verla a pantalla completa.
Canon 5DIII, Canon 70-200 mm f4L, ISO 50, CPL. Fusión manual de la luminancia de dos imágenes y procesado global en Lightroom