La naturaleza siempre es una caja de sorpresas como en esta tarde, por ejemplo. En tres ocasiones pude ver como al atardecer con un cielo totalmente cubierto éste adquiría una sorprendente tonalidad amarillenta y me preguntaba como podía ser eso posible. Hasta que un día lo pude ver con mis propios ojos yendo en avión y precisamente llegando al aeropuerto de Asturias. Nubes altas dispersas que al atardecer iluminan con su cálida luz las más bajas. Esta composición es una de las que siempre me encantó de esta playa, porque ese acantilado debajo del agua parece una alfombra multicolor que dirige tu mirada a esa aguja tan imponente.
Os aconsejo pinchar sobre la foto para verla a mayor resolución en otra pestaña y después F11 si queréis verla a pantalla completa.
Canon 5DIII, Canon 16-35 mm f4L, ISO 50, CPL. Fusión manual de la luminancia de dos imágenes y procesado global en LightRoom
